La evaluación del niño(a) es una de las más difíciles y complejas, requiere en primer lugar de una gran sensibilidad y flexibilidad. Debe estar dirigida más al proceso que a los resultados, pues requiere registrar, en que medida el desarrollo de las capacidades del niño y niña está adquiriendo la secuencia evolutiva deseada, será entonces una evaluación de tipo cualitativo, por ello se apoya en una metodología sensible a los acontecimientos imprevistos, al cambio, al progreso, a las manifestaciones observables y a los significados latentes.
Esta técnica demanda al docente un amplio conocimiento del desarrollo evolutivo del niño y niña, ya que, en la orientación de sus acciones, lo debe estar utilizando permanentemente con el propósito de brindar retroalimentación. Además, exige del docente el dominio de los principios ya categorías del ver y del comprender, que conozca los métodos de diagnóstico y otros medios auxiliares y necesidades del niño(a) y lo orienta en la selección de materiales, actividades, estrategias y objetivos para el logro de los alcances según el nivel de éste.
MARIBEL ESPINOZA